La Expropiación
Petrolera, es el resultado de la implementación de la Ley de Expropiación
de 1936 y del Artículo 27 de la Constitución
Mexicana aplicados a las compañías petroleras el 18 de marzo
de 1938,
por el Presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas del Río.
En la noche del viernes del 18 de marzo de 1938, el
General Lázaro Cárdenas se presentó ante los medios de comunicación,
principalmente la prensa y el radio, para anunciar uno de los hechos más
trascendentes en la historia de los Estados Unidos Mexicanos que fue la
expropiación petrolera.
Ésta consistió en la apropiación legal del petróleo que
explotaban 17 compañías extranjeras para convertirse en propiedad de los
mexicanos. Entre ellas figuraban Mexican Petroleum Company of California,
Compañía Mexicana de Petróleo “El Anguila” y la Compañía Exploradora de
Petróleo la Imperial SA, que hoy forman las más grandes corporaciones
internacionales de comercialización de “oro negro” La política de apoyo a la
organización de los obreros y la fundación de Petromex (después Pemex), seguida por parte del Presidente Lázaro
Cárdenas, fueron los antecedentes más cercanos a la Expropiación Petrolera.
En 1924 Diego Rendón luchó, tras varios fallidos intentos de huelga
reprimidos y disueltos por el ejército, se emplazó a huelga en Tampico
contra la refinería "El Águila", en la cual los trabajadores
resultaron triunfantes al lograr que la empresa reconociese al sindicato y se
concertase la firma de un contrato colectivo de trabajo.
El 16 de agosto de 1935 se constituyó el
Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y una de sus
primeras acciones fue la redacción de un proyecto de contrato en el que se
solicitaba una jornada de 40 horas y el pago del salario completo en caso de
enfermedad y que pretendía sustituir los distintos contratos colectivos que
regían las relaciones laborales en las compañías petroleras, a las que se les
envió. El 3 de noviembre de 1937 se les exigió la
firma del contrato colectivo y el 17 de mayo
el sindicato emplazó a huelga en caso de no cumplir tal demanda. En los primeros días
de junio
el sindicato demandó a las compañías petroleras ante la Junta General
de Conciliación y Arbitraje. Dicha huelga finalmente estalló el 31 de mayo
y se levantó el 9 de junio.
La lucha de los trabajadores petroleros fue bien vista
por el Presidente y la población, a pesar de los problemas causados por la
escasez de petróleo.
En el mes de julio, por indicaciones de la Junta General
de Conciliación y Arbitraje, se integró una Comisión de expertos (Jesús Silva
Herzog, Efraín Buenrostro y el Ing. Mariano Moctezuma) para que investigaran la
situación financiera de las compañías petroleras, concluyendo que las ganancias
obtenidas por éstas, permitían fácilmente cubrir las demandas de los
trabajadores.
Pero para el 8 de
diciembre se realizó otro paro de labores al no tener respuesta de
la Junta de Conciliación. Para el 18 de
diciembre de 1937, la junta dio el fallo en favor del sindicato
mediante un laudo en el cual se pidió a las compañías el cumplimiento de las
peticiones y el pago de 26 millones de pesos en salarios caídos. Las compañías
petroleras interpusieron una demanda de amparo el 2 de enero
de 1938
ante la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que les negó el amparo.
Como consecuencia, las compañías extranjeras se
declararon en plena rebeldía y, en respuesta, la máxima Autoridad Judicial
emitió su fallo el 1 de marzo, señalando que el tiempo límite para
que las empresas pagaran los 26 millones de pesos el 7 de marzo.
Aunque se planeaba que fuera el 6 de marzo.
El presidente Lázaro Cárdenas tuvo reuniones con las
compañías el 3, 6 y 7 de marzo. Según relatos de testigos, en la junta del 7 de marzo
cuando el presidente Lázaro Cárdenas solicitó el pago de los 26 millones como
una garantía para levantar la huelga, uno de los dueños de una de las compañías
preguntó "¿Y quién lo garantiza?". "El presidente de la
República" contestó Lázaro Cárdenas, a lo cual el dueño respondió
"¿Usted y quién más?". Lázaro Cárdenas dio por terminadas las
pláticas.
El viernes 18 de marzo
de 1938,
las compañías extranjeras, advertidas por personas dentro del gobierno de que
el presidente planeaba algo "fuerte" en contra de ellas, declararon
en el último momento estar dispuestas a hacer el pago, pero el presidente
Cárdenas ya había tomado una decisión: a las 10 de la noche declaró la
expropiación mediante la cual la riqueza petrolera, que explotaban las
compañías extranjeras, se volvió propiedad de la nación Mexicana.
Este hecho fue efectuado de acuerdo a la Ley de
Expropiación del 23 de noviembre de 1936 y al artículo 27 de
la Constitución Mexicana.
Consecuencias
El Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con México,
los Países Bajos y Estados
Unidos decretaron un embargo comercial, y retiraron a todo su
personal técnico. La Tesorería de Estados
Unidos dejó de adquirir petróleo y plata mexicana y dio toda su
preferencia al petróleo de Venezuela.
El 23 de marzo se reunieron miles de personas de todas
las clases sociales en una enorme manifestación de respaldo, regalando hasta
gallinas para cubrir la indemnización. Las colectas y la emisión de bonos para
cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de
solucionar el problema económico pero sí constituyeron movilizaciones
impresionantes de la opinión pública en apoyo de la nueva situación. Incluso
sectores como la Iglesia y los empresarios conservadores, aplaudieron esta
decisión. Para muchos, la expropiación significaba un sacudimiento final del
imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México, impidiéndole confiar
en su propia fuerza y capacidad.
Fueron momentos difíciles para el país de México ya que
se agotaban las reservas de gasolina y no se tenía el conocimiento para
sintetizar el tetraetilo de plomo, utilizado en aquellas épocas para graduar el
octanaje de la gasolina. Se reunió a los mejores especialistas del todo el país
para poder descubrir el proceso. Un accidente mató la mayor parte del personal
y retrasó la investigación cuando se encontraba más avanzada. En un segundo
intento se reunieron a los estudiantes de química más destacados del Instituto Politécnico Nacional
y la Universidad Nacional Autónoma de
México y después de muchos esfuerzos lograron sintetizar el
compuesto.
Dando paso a la Expropiación Petrolera.
Situación durante la Segunda
Guerra Mundial
Con la guerra
mundial en ciernes, el presidente Franklin Delano Roosevelt tuvo más interés
en la alianza estratégica con México como un bloque antifascista
que en proteger las compañías privadas. A causa del boicot, los únicos
compradores de petróleo mexicano eran Japón
y Alemania.
De hecho, con este segundo país —de acuerdo con los resultados de reciente
investigaciones académicas— México cooperó desde 1937.
Sin embargo, a pesar de que la Anglo-Persian Oil Company (Hoy BP) no era una compañía
privada sino dependiente directo del almirantazgo (British Admiral) y
parte del poder mismo del Imperio británico, en 1941 los Aliados levantaron su
embargo sobre el petróleo mexicano debido a la armonía entre Roosevelt y Cárdenas y a una fuerte escasez de este
energético causada por la guerra. El petróleo también fue el motivo por el cual
México entró a la Segunda Guerra Mundial, ya que dos de sus
barcos petroleros fueron hundidos por submarinos alemanes del Eje. Ha quedado
demostrado que el buque petrolero Potrero del
Llano fue realmente hundido por el submarino U-564 al mando del
Kapitänsleutnant.