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martes, 7 de mayo de 2013

El Medio Oriente & El Petróleo


El Medio Oriente, con sus siglos de complicada historia, su riqueza energética y los problemas heredados del pasado colonial, busca soluciones que hasta hoy han sido frenadas por el imperialismo y su principal aliado en la región: Israel. Una de ellas, sin dudas, es la relacionada con la definitiva creación del Estado Palestino, legítimo y soberano.

La población total de los países del Medio Oriente se estimaba en 2008 en 411 millones de habitantes, lo que arrojaba una densidad demográfica de 31 habitantes por kilómetro cuadrado. La proyección de la población para 2050 se estima en unos 688, 8 millones de habitantes, por lo que se considera esta una región que va mantener un crecimiento alto.

La tasa media de crecimiento demográfico en periodo 2005- 2010 se calcula en 2,2 %. Siendo el país de más bajo crecimiento Irán con 1,4 y uno de los más altos Jordania con 3,0%. La natalidad presenta un comportamiento ligeramente elevado, lo que condiciona - unido a la presencia de varios países petroleros de fuerte atracción de inmigrantes-, una tasa media de crecimiento demográfico de 2.2 %, muy superior al promedio mundial (que en la etapa de 2005 al 2010 fue de 1.2 %).

Desde el punto de vista de la composición étnica, la población medioriental se caracteriza por su relativa homogeneidad, predominando los árabes. En algunos países como Kuwait, Bahréin o Qatar residen fuertes contingentes de inmigrantes extranjeros atraídos por la industria del petróleo. Las regiones más densamente pobladas son las ubicadas en el llamado Levante, es decir, en las zonas costeras del Mar Mediterráneo pertenecientes a Siria, Líbano e Israel.

Hacia el interior de los desiertos de la península Arábiga el poblamiento es reducido debido a las condiciones hostiles que impone el medio (Arabia Saudita, por ejemplo, posee una densidad promedio de apenas 9 habitantes por km la población en la mayoría de estos países del Medio Oriente se concentra en las ciudades, por lo que el por ciento de población urbana es 78%. Los países de mayor población urbana son Kuwait 98% y Qatar con 96% y el más bajo Yemen con 31%. Una característica esencial identifica a la región en su conjunto: la aridez. En toda ella los paisajes predominantes son desérticos y semidesérticos tropicales, rodeados por mares que presentan las aguas más cálidas y saladas del océano mundial.

La Península Arábiga constituye un gran bloque antiguo que se separó del continente africano por las fracturas que en épocas geológicas recientes dieron lugar al Mar Rojo y al Golfo de Adén. Es por ello que Arabia se asemeja más a África que a Asia. En cambio, hacia el este, la Meseta de Irán es mucho más joven, con rocas que se formaron en la Era Cenozoica.

Entre ambas estructuras, aparece la llanura aluvial de Mesopotamia recorrida por dos grandes ríos: el Tigris y el Éufrates. La mayor parte de la superficie arábiga está ocupada por desiertos arenosos atravesados por cauces secos, entre los que sobresalen el de Nefud al norte y el de Rub al-Jali hacia el sur (este último es uno de los más grandes del mundo). Los desiertos de Arabia son una continuación hacia el este del Sahara.

 

El subsuelo arábigo es muy rico en petróleo, importante mineral energético que yace en depósitos de rocas de la era Mesozoica. Por su parte en el territorio Iraní predomina el relieve de mesetas, donde se alternan cadenas montañosas y depresiones. Se trata de un relieve muy fraccionado y mucho más joven que el anterior, en el que las montañas alcanzan altitudes que rondan los 5000 metros, como ocurre en el sistema del Elburz.

Su subsuelo es rico en variados minerales, aunque la mayoría de ellos han sido poco estudiados y apenas explotados, con la excepción del petróleo, del que Irán es uno de los principales países productores a nivel mundial. Entre ambas zonas geográficas se localiza la llanura de Mesopotámica (esta palabra significa “entre ríos”), que ocupa la mayor parte del curso medio e inferior de los ríos Tigris y Éufrates en territorio de Iraq.

Su relieve es llano y el subsuelo cuenta con enormes reservas de petróleo que yacen en las capas de sedimentos marinos del Mesozoico y Paleógeno, las cuales cubren el basamento de rocas cristalinas. La región en su conjunto posee más del 60 % de las reservas mundiales probadas de hidrocarburos, y que varios de sus países aparecen entre los más grandes productores. Para analizar las características climáticas de la región es necesario saber su situación latitudinal.

De sur a norte sus puntos extremos se localizan aproximadamente entre los 13° y 34° de latitud norte, por lo que el territorio se extiende por las fajas climáticas tropical y subtropical. En la península Arábiga, territorio que recibe la mayor radiación solar de la Tierra, predomina durante todo el año el aire tropical continental que condiciona la casi ausencia de precipitaciones, con registros promedios muy altos de temperatura. Estas condiciones, como supondrás, son desfavorables para el desarrollo de la red fluvial, por lo que prácticamente no existen ríos permanentes.

La fuente principal de abastecimiento de agua se encuentra en el subsuelo. La Meseta de Irán por su parte, está situada en la faja climática subtropical y en ella se registran bajas temperaturas durante el invierno motivadas por la irrupción de masas de aire frío procedentes del norte. Los veranos son cálidos y las precipitaciones son insuficientes a lo largo del año, por lo que las aguas superficiales no abundan (casi toda la región es pobre en agua y los ríos más importantes se localizan hacia las zonas montañosas del norte, desembocando en el Mar Caspio).

En la inmensa mayoría de los casos los ríos no son navegables, aunque tienen un gran uso para el regadío. Sin embargo, la llanura Mesopotámica está recorrida por dos importantes ríos: el Tigris y el Éufrates, los que se unen y forman una sola corriente conocida como Shat el Arab (“río de los árabes”) antes de desembocar en el Golfo Pérsico. ¿Cómo es posible entonces que las escasas precipitaciones permitan la existencia de ellos?. La respuesta está en el hecho de que nacen en la Meseta de Armenia y se alimentan de las aguas procedentes de la fusión de las nieves.

En la península Arábiga la vegetación predominante es de desierto, aunque en las laderas de los macizos montañosos, más húmedas, se aprecian formaciones boscosas y las condiciones reinantes permiten la práctica de la agricultura. En los oasis periféricos se cultiva la palma datilera, que produce un aceite vegetal que aparece como un importante componente económico local. En cuanto a la fauna, están presentes animales como la gacela, el antílope, el camello y los onagros.

En la Meseta de Irán la vegetación es variada, dadas las irregularidades del relieve y las diferencias de altitud. Los ríos se usan para garantizar el regadío y con él las cosechas de cereales y otros productos del agro. En la llanura de Mesopotámica los suelos y la vegetación son de desierto y semidesierto. Los árboles solo aparecen en los valles de los ríos y a agricultura cerealera es posible gracias al regadío. En las áreas más secas se practica la ganadería nómada.

Es importante hacer referencia a una pequeña porción del Medio Oriente conocida como Levante e integrada por Israel, Líbano y parte de los territorios de Jordania y Siria, que se localiza en la porción occidental paralela a la costa del Mar Mediterráneo. Se trata de una estrecha faja de paisajes mediterráneos entre desiertos con una elevada densidad demográfica.

El Levante se caracteriza por presentar veranos secos e inviernos relativamente suaves y húmedos, con ríos poco caudalosos y no apropiados para la navegación ni para garantizar hidrogenaría, entre los que sobresale el Jordán, que desemboca en el Mar Muerto (máxima depresión continental a 391 metros por debajo del nivel del mar). En esta zona se practica la agricultura en áreas irrigadas y no irrigadas y entre los principales cultivos sobresalen los cítricos. En cuanto a la economía del Medio Oriente, de seguro ya supones que su principal exponente está representado por la producción de petróleo.

Este recurso abunda notablemente en el subsuelo de la región y como regla es de fácil extracción. Se trata además de petróleo de reconocida calidad -medios y ligeros-, que se comercializan a altos precios en el mercado internacional. La principal zona petrolera del Medio Oriente es el Golfo Pérsico, en cuyas márgenes se elevan cientos de torres de extracción e instalaciones para la refinación de crudos.

Varios puertos han sido debidamente acondicionados para el embarque del vital recurso energético, algunos de ellos capaces de recibir gigantescos supertanqueros. Se destacan aquí las instalaciones de Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita, Bahréin, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.

Existen centros de extracción en el interior de la península Arábiga, en Siria, en el norte de Iraq y en otros sitios. La agricultura medioriental es muy limitada dadas las condiciones físico-geográficas imperantes. En la mayoría de los casos se trata de producciones que apenas logran satisfacer una parte de la demanda de sus pueblos.

Con mayores posibilidades se desarrolla la ganadería, en especial en las laderas montañosas donde la humedad permite la existencia de pastos y en sitios como la llanura de Mesopotámica, donde los animales pastan en las tierras privadas de regadío.

En general, las naciones del Medio Oriente presentan economías basadas especialmente en la minería (extracción de petróleo y gas), que condena sus relaciones comerciales a la mono-exportación de un recurso no renovable que algún día dejará de existir . Se trata en todos los casos de países del llamado Tercer Mundo.

 

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