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sábado, 3 de noviembre de 2012

Exposición #2

Las  civilizaciones antiguas: Egipto &  Mesopotamia


Egipto:


En el siglo III a. C., cuando los griegos ya dominaban Egipto, un sacerdote nativo llamado Manetón escribió una historia de su país en la que denominaba período predinástico a la época prehistórica, y dividía a los gobernantes egipcios en dinastías, contando un total de treinta que se sucedieron durante tres mil años.

Ese documento constituía la principal fuente de información sobre la historia de Egipto, pero en el año 1798, un soldado del ejército francés de Napoleón Bonaparte halló en la zona del delta del Nilo una piedra llamada de Rosetta (así bautizada por el nombre del pueblo donde se descubrió), que contenía una inscripción en tres formas de escritura, dos en lengua egipcia y una en lengua griega. El investigador francés Jean Francois Champollion encontró la clave para descifrar la escritura egipcia. Dicho descubrimiento constituyó la base de la ciencia que estudia esta civilización, denominada egiptología.

La historia de Egipto está dividida en los siguientes  cinco períodos:

1.-Período predinástico

En esta época se inicia la división del valle del Nilo en dos zonas: la del delta o Bajo Egipto, y la parte septentrional del valle o Alto Egipto. Se reconocen aquí la presencia de culturas que vivían de la caza, la pesca, la ganadería y el cultivo incipiente de cereales. En la transición hacia el uso de los primeros metales se muestra un avance en las técnicas de elaboración de cerámica y en la fabricación de vasos de piedra, y el empleo de objetos de cobre forjado.

La cultura de Gerze, desarrollada hacia el año 3500 a. C., ocupó las técnicas metalúrgicas y la decoración de la cerámica. Hacia el 3300 a. C., la cultura nagadiense representó el tránsito hacia la época histórica.

2.-Imperio Antiguo (3100-2160 a. C.)

A finales del cuarto milenio a. C., el rey Menes, procedente del Alto Egipto, unió a todo el país y fundó la primera dinastía. Desde entonces los faraones ostentarían el poder del Alto y Bajo Egipto.

En esta época se crearon y consolidaron las características específicas de la civilización egipcia, tales como la organización política, la escritura, la arquitectura y el arte, entre otras manifestaciones culturales.

Las primeras dos dinastías se denominaron tinitas, por tener su capital en Tinis, período en el cual se produjo un aumento en la prosperidad económica del pueblo egipcio. Con la III dinastía, iniciada hacia el 2686 a. C., la capital se trasladó a Menfis y los faraones iniciaron la construcción de las pirámides, que sustituyeron a las mastabas (construcciones en forma de pirámide truncada) como tumbas reales. En esta dinastía destacó el faraón Zoser, quien tuvo como consejero a un sabio llamado Imhotep, el primer científico conocido de la historia, que alcanzó renombre como médico, pensador y, en especial, como arquitecto al construir la pirámide de Saqara.

Los faraones siguientes también quisieron tener sus propias pirámides, sobre todo durante el período de la IV dinastía (2613 a.C.), iniciada por Snefru y reconocida como la época de mayor esplendor de la civilización egipcia. En este período se produjo la expansión territorial al sur de la segunda catarata, se realizaron expediciones a Nubia y Libia, se impulsó el comercio marítimo en el Mediterráneo oriental; se inició la explotación de las minas de cobre del Sinaí y de las canteras de Asuán y del desierto nubio.

Snefru emprendió la construcción de la primera pirámide auténtica, sin escalones. A su sucesor, Keops, se debe la construcción de la mayor de las pirámides en Gizeh. Kefrén, hijo de Keops, construyó otra más pequeña. La tercera de las grandes pirámides fue levantada por Micerinos. Pero este auge arquitectónico comenzó a decaer bajo las dinastías V y VI. En la V, iniciada hacia el 2494 a. C., se produjeron modificaciones en el modo de gobernar, como consecuencia de la influencia del clero de la ciudad de Heliópolis, que impuso la supremacía del culto al dios Sol.

Durante la VI dinastía, el gobierno de Pepi II -quien asumió siendo muy pequeño- propició el traspaso del poder del faraón a los gobernadores de las provincias (nomos), lo que se manifestó en la proliferación de grandes tumbas privadas. Al final de este reinado, las invasiones de los pueblos asiáticos en el delta del Nilo y las revueltas populares sumieron al país en el desorden y la desorganización política.

Durante el primer período intermedio, comprendido entre los años 2160 y 2040 a. C., se sucedieron las dinastías VII y VIII en Menfis, la IX y la X en la Heracleópolis y la XI en Tebas; esta última se impuso en todo Egipto durante el reinado de Mentuhotep II, quien expulsó a los invasores del delta y reanudó el comercio con Asia y el sur de Egipto.

3.-Imperio Medio (2040-1786 a. C.)

Los faraones de la XII dinastía consiguieron terminar con el poder de los gobernadores gracias al apoyo de los sacerdotes de Amón.

Sesostris III y Amenemhet III emprendieron expediciones militares contra los pueblos vecinos, extendieron la influencia egipcia al Cercano Oriente y a Nubia, e impulsaron el comercio, la minería y la actividad agrícola.

Entre los años 1786 y 1567 a. C. se produjo una nueva desintegración del estado, que favoreció la invasión del pueblo asiático de los hicsos, quienes utilizaron caballos y carros de guerra -desconocidos por los egipcios- para imponer su poder.

Los faraones de la XVII dinastía de Tebas lograron vencer a los hicsos. Kamosis hizo retroceder a los invasores hasta su capital, Avaris, y su sucesor, Ahmés I, los expulsó.

4.-Imperio Nuevo (1567-1085 a. C.)

Con Ahmés I se inició la XVIII dinastía. El faraón restableció el poder egipcio en el norte de Nubia y controló a la nobleza.

Amenofis I y Tutmosis I extendieron las fronteras hasta la tercera y cuarta cataratas, e iniciaron una nueva época de esplendor.

Con Tutmosis III el reino alcanzó su máxima extensión, y llevó el poder egipcio hasta el río Éufrates.

Los reinados de Amenofis II y Amenofis III mantuvieron el esplendor del imperio nuevo. Amenofis IV impulsó una reforma religiosa monoteísta centrada en el culto al disco solar Atón, cambió su nombre por el de Akhenatón, y trasladó la capital a Aketatón. Tutankamón, yerno de Amenofis IV, restableció los antiguos cultos, pero murió prematuramente y el general Horemheb se proclamó faraón, reorganizó el estado y combatió a los hititas.

Con Ramsés II, la ciudad de Tebas alcanzó una gran prosperidad. Se llegó a un acuerdo con los hititas tras la batalla de Qadesh y se restauró el esplendor de Tutmosis III. El último faraón poderoso de la XIX dinastía fue Menefta, quien se enfrentó exitosamente con los pueblos del mar.

Ramsés III, de la XX dinastía, rechazó a los invasores y consiguió algunos años de paz.

A fines del segundo milenio, Egipto había perdido su poder y prestigio en el Cercano Oriente. Mientras, en el interior del país, nobles y sacerdotes acaparaban las riquezas en medio de una generalizada situación de pobreza.

Una mujer que fue faraón

Durante el Nuevo Reino, la gran expansión del imperio egipcio fue llevada a cabo por una única dinastía de faraones que gobernó aproximadamente 250 años. Solamente en dos ocasiones, durante la fecunda historia de esta familia tebana, se produjeron tensiones y crisis. La primera fue producto de la ambición de una terrible mujer, la reina viuda Hatshepsut. Después de la muerte de su esposo, en 1504 a. C. aproximadamente, Hatshepsut se convirtió en regente de su joven hijastro y sobrino, Tutmosis III. Una vez instalada en el trono, Hatshepsut asumió las funciones, los distintivos e incluso las vestiduras de un faraón, y gobernó durante casi veinte años.
Uno de los más notables acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue una expedición naval a tierras somalíes, de la que volvieron con mirra e incienso, y también con marfil, ébano, pieles de pantera y oro, la exótica mercancía del interior de África. La expedición se conmemoró con relieves en el templo funerario de Hatshepsut en Tebas.
5.-Decadencia del imperio
Tras el reinado el Sheshonq I, fundador de la XXI dinastía, el imperio quedó dividido y fue ocupado por distintos pueblos, entre ellos libios, etíopes y asirios. El rey asirio Asurbanipal conquistó Tebas en el 663 a. C.
Psamético I, fundador de la XXVI dinastía, expulsó a los asiáticos y se proclamó faraón de todo Egipto, estableciendo la capital en Sais, cerca de la cual surgió un asentamiento de comerciantes griegos denominado Naucratis.
El faraón Ahmés protagonizó un último momento de auge comercial a mediados del siglo XVI a. C. Su hijo, llamado Psamético III, fue derrotado en el 525 por el rey persa Cambises I, quien convirtió a Egipto en una provincia del imperio persa. Durante este período la cultura egipcia se proyectó en el Mediterráneo oriental, especialmente en Grecia y Judá.
 
 
 

Mesopotamia:

Mesopotamia en traducción en griego significa “Región entre ríos” es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del noreste de Siria.
El término alude principalmente a esta zona en la Edad Antigua que se dividía en Asiria, al norte, y Babilonia al sur. Babilonia, a su vez, se dividía en Acadia (parte alta) y Sumeria (parte baja). Sus gobernantes eran llamados patesi.
En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre el 6000 y el 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico. Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones de desarrollo más tardío, entre ellas la Mesopotamia interior. Este hecho conllevó el desarrollo de las ciudades. Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim y, más tardíamente, Tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah. Posteriormente ésta fue sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra, entre el 5600 y el 5000 a. C., y por la cultura Halaf entre el 5600 y el 4000 a. C. (Halaf tardío).
Aproximadamente en el 3000 a. C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están escritos sobre arcilla (muy frecuente en aquella zona) con unos dibujos formados por líneas (pictogramas).
La civilización urbana siguió avanzando durante el período de El Obeid[] (5000 a. C.3700 a. C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío[5] y la construcción de los primeros templos urbanos.
Tras El Obeid, se sucede el Período de Uruk, en el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura.
 
Cultura
 
Las culturas de Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas de conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12 meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal.
Sus restos, aunque quizás todavía hay muchos por descubrir, muestran una cultura que ejerció una poderosa influencia en otras civilizaciones del momento y por ende el desarrollo de la cultura occidental.
Ciencias
El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema de numeración decimal y sistema sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de la suma y resta conocían la multiplicación y la división. A partir del II milenio a. C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones hasta de tercer grado. Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas.
La astronomía floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas –objetos móviles– y estrellas. Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con antelación. Este conocimiento de la astronomía les llevó a adoptar un preciso calendario lunar, que incluía un mes suplementario que lo ajustaba al solar.
También se han encontrado tratados de medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los diferentes materiales.[16]
Literatura
Antes del desarrollo de la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro uso; explicar hechos, fitas, leyendas, catástrofes. La literatura sumeria comprende tres grandes temas, mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o palacios y el abandono de los dioses resultante.
Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante magnificados y distorsionados con el tiempo.[
Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.
Religión
La religión era politeísta, en cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a:
En el siglo XVII a. C., el rey Hammurabi unificó el Estado, hizo de Babilonia la capital del imperio e impuso como dios principal a Marduk. Este dios encargado de restablecer el orden celeste, de hacer surgir la tierra del mar y de esculpir el cuerpo del primer hombre antes de repartir los dominios del universo entre los demás
Algo que los caracterizaba era que sus dioses estaban asociados a distintas actividades, es decir que tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etc. Esto hizo que ellos tuvieran una religión muy amplia y para algunas personas muy interesante, ya que podría ser mucho más estudiada y profundizada.
Lenguas
El desarrollo temprano de la agricultura en la región pudo haber permitido que numerosos pequeños grupos humanos independientemente se expandieran desde la región haciendo que la diversidad lingüística de la región inicialmente fuera muy grande. La situación contrasta con la que se presenta cuando grupos humanos agrícolas con una tecnología superior penetran en un territorio menos densamente poblado por poblaciones seminómadas, lo cual da lugar a una diversidad mucho menor, como lo acontecido en Europa a la entrada de pueblos indoeuropeos.
En Mesopotamia se reconocen dos grandes familias lingüísticas la indoeuropea (cuya presencia se debe a varias olas, ya existen lenguas de diferentes ramas) y la semítica (de la que se testimonian dos ramas). Junto con estas existe un número importante de lenguas aisladas (sumerio, elamita) o cuasiaisladas (hurrita-uratiano) junto con un número de lenguas mal documentadas cuya filiación no puede precisarse adecuadamente (kasita, hatti, gasgas). Muchas de las lenguas aisladas, cuasi-aisladas y no clasificadas parecen tener rasgos ergativos, lo cual las acerca tipológicamente a algunas lenguas caucásicas aunque eso no es prueba de parentesco, ya que dichos rasgos podrían ser muestra de que en el pasado había existido un área lingüística de convergencia.
Arte
En la fértil de una y otra llanura, abundantemente regada en su parte inferior por los dos ríos que delimitan esta civilización, se produjo muy pronto la sedentarización de los pueblos nómadas que pasaban por allí convirtiéndose en agricultores y desarrollando una cultura y un arte con una sorprendente variedad de formas y estilos.
Con todo, el arte en general mantiene bastante unidad en cuanto a su intencionalidad, que da como resultado un arte un poco rígido, geométrico y cerrado, pues, ante todo, tiene una finalidad práctica y no estética, se desarrolla al servicio de la sociedad.
Escultura
Unas veces representa soberanos, otros dioses, otros funcionarios, pero siempre personas individualizadas (a veces con su nombre grabado). Busca sustituir a la persona más que representarla. Cabeza y rostro desproporcionados respecto al cuerpo por este motivo, desarrollaron el llamado realismo conceptual: simplificaban y regularizaban las formas naturales gracias a la ley de la frontalidad (parte derecha e izquierda absolutamente simétricas) y al geometrismo (figura dentro de un esquema geométrico que solía ser el cilindro y el cono). Las representaciones humanas se veían afectadas de una total indiferencia por la realidad. Los animales presentaban un mayor realismo.
Algunos temas recurrentes de la escultura mesopotámica son toros monumentales, muy estilizados y realistas (genios protectores, monstruosos y fantásticos como todo lo sobrenatural en Mesopotamia).
Sus técnicas principales fueron el relieve monumental, la estela, el relieve parietal, el relieve de ladrillos esmaltados y el sello: otras formas de esculpir y desarrollar auténticos cómics o narraciones en ellos.
 

 

 

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